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Tiranía laboral

Las cámaras de cine dedican mucho metraje a las escenas de amor. En los tablones de estrenos te encontrarás siempre con escenas tórridas, amores imposibles y parejas atractivas. Estas relaciones permiten inmiscuirse en la naturaleza del ser humano y dar una imagen sentimental de nosotros mismos.

Pero ¿qué hay de lo cotidiano en el cine? El sistema de producción es protagonista en nuestra manera de relacionarnos, la manera de entender la política y en la propia idea de familia pero ¿cómo cuenta este día a día la ficción? Muchas veces de forma manipulada, simplificada o edulcorada.

El entorno laboral es uno de los espacios que se pierden dentro del foco de la industria cinematográfica. Pese al tiempo que ocupa en nuestra vida parece que a los productores de cine no les interesa. Pocos maestros han perdido su energía en desplazar el foco al ámbito laboral. En los dominicales se puede hablar del acoso laboral, de los diferentes roles que se asumen en una industria o en una oficina pero ¿qué pasa con el cine? Este problema aparece en el trabajo de King Vidor quizá de Billy Wilder, Yasujiro Ozú, Vittorio de Sica o Ken Loach, por citar algunos pero no es habitual en la gran pantalla.

Gracias al ciclo de Tiranía laboral recogemos algunas películas en las que el cine se ha molestado por retratar el mundo del trabajo de una manera íntima, desde la perspectiva del trabajador, contando sus miedos y desvelos.

  • “El último”

El expresionismo alemán nos brinda la oportunidad de ponernos en la piel de un orgulloso portero de un hotel de lujo. Friedrich Wilhelm Murnau aporta un retrato psicológico de un trabajador que afronta su jornada laboral con el orgullo de quien ayuda a los demás con sus problemas. La jerarquía, el cambio de modelo económico y la deshumanización dentro del código civil aparecen en esta película como algunos de los temas que podríamos comentar.

  • “1984”

Michael Radford recurre a muchos de estos temas casi sesenta años después. La conocida adaptación de la novela “1984” de George Orwell sirve como excusa para retratar a un hombre aturdido por la mecanización, la rigidez de los horarios y de las jornadas protagonizadas por la productividad. ¿Qué espacio hay en las relaciones laborales para el desarrollo del ser humano? El sacrificio, la capacidad de desarrollo, la sumisión ante una voluntad superior o una jerarquía están en estas películas de manifiesto junto con otras problemáticas humanas.

Pocos son los ejemplos de películas fieles a los problemas de los trabajadores pero siempre podemos encontrar algunos ejemplos. Incluso en la televisión el humor ha permitido retratar estas rutinas. La serie “The Office” es un buen ejemplo. Los roles que se asumen en la oficina, las retóricas en función de la productividad y la aborrecible verborrea de “couchs”, jefes de recursos humanos y jefecillos sedientos de protagonismo permite soltar una carcajada mientras se está delante de la pantalla.

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